34 millones de euros en esta campaña electoral, este es el gasto que realizarán los partidos políticos para convencer al electorado de que son la mejor opción para presidir la próxima legislatura.
Ayer escuché a Manuela Carmena, la candidata a la alcaldía de Madrid por Ahora Madrid, como decía en una entrevista en la Cadena SER que «las campañas electorales bien podrían servir para vender detergentes». Y lo cierto es que tiene toda la razón. En plena era digital, ¿qué sentido tiene llenar las ciudades de banderolas con las fotografías de los candidatos? ¿Invertir en anuncios televisivos o cuñas de radio? ¿O empapelar los autobuses urbanos con rostros sonrientes y mensajes vacíos de contenido?
El caso es que la frase se me quedó en la cabeza y me despertó la curiosidad por saber cuánto van a gastar los partidos políticos en esta campaña electoral para las autonómicas y municipales del próximo 24 de mayo. Precisamente también en un momento en el que muchos ciudadanos tienen verdaderos problemas para llegar a fin de mes; tres de cuatro niños pasan hambre; los recortes en gastos sociales han dejado en el más absoluto abandono a enfermos y dependientes; y según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), las ejecuciones hipotecarias aumentaron en un 7’4% con respecto a 2013, afectando a un total de 34.680 hogares, o lo que es lo mismo 95 deshaucios diarios,
Desde el pasado 8 de mayo, fecha del inicio oficial de la campaña electoral, hasta el próximo 22 de mayo, cuando finalicen los actos políticos, los partidos habrán gastado casi 34 millones de euros. A la cabeza, el Partido Popular, que destinará 20’5 millones de €, seguido del PSOE con 7’8 millones de euros. En tercera posición, Izquierda Unida con 2,2 millones de euros, seguido muy de cerca por Ciudadanos que invertirá 2 millones de euros. Podemos gastará 1,2 millones de euros que, aseguran proceden de donaciones, y en último lugar UPyD con 108.000 €.
Como profesional de la comunicación, debería sentirme optimista por esta inyección económica que algunos de mis colegas han recibido. Sin embargo, como ciudadana, me siento tremendamente decepcionada por el derroche que, cada cuatro años, nuestros políticos realizan para ganar en las urnas.Para inmediatamente después, cuando ya gobiernan, realizar cuantos recortes económicos sean necesarios y que afectan exclusivamente a los ciudadanos normales, a los que no tienen cuentas en Suiza, a los que necesitan una educación y una sanidad públicas, porque no pueden permitirse acudir a estos servicios básicos privados.
Propongo desde aquí una seria reflexión no solo para nuestros políticos, sino también para los profesionales que les diseñan las campañas electorales y que invierten estos millones de euros en un país empobrecido, sumido en una tristeza generalizada, e indignado por los constantes casos de corrupción que aparecen y que demuestran que, una gestión política y honesta nos hubiera evitado esta situación dramática para muchos de los españoles.
¿Qué podríamos haber hecho con esos casi 34 millones de euros que se convertirán en papel mojado tras el 24 de mayo? Lo que darían los Bancos de Alimentos, las ONG’s y los colectivos ciudadanos que se han puesto manos a la obra para ayudar a sus vecinos; o los maestros que, en muchos colegios ya han creado un fondo para pagar el desayuno a los niños que acuden a clase en ayunas.
¡Utilicemos la imaginación para comunicar! las tecnologías de la información nos ofrecen miles de posibilidades de llegar a los ciudadanos. Y para los que intenten rebatir esta afirmación arguyendo la brecha digital y que los mayores no tienen acceso a esta información, solo decirles que los españoles mayores ya han visto bastante, a lo largo de su vida, como para tener claro quien es honesto, quien es corrupto, y quien puede defender sus intereses en los gobiernos municipales, autonómicos y estatales.