¿Soy yo la única que piensa que en torno a las Redes Sociales se está formando una burbuja que no va tardar mucho en explotar? Puede sonaros extraño, pero la Red, y me acojo al significado más estricto de la palabra, se ha convertido en una suerte de zoco donde chamarileros y traficantes de información nos ofrecen la pócima del éxito, la panacea de nuestros problemas, en definitiva, la salvación.Da igual la red social a la que accedas, en todas ellas encontrarás titulares como: ¡Descubre cómo escribir un libro en 60 días!; Crea un blog de éxito y consigue 1.000 seguidores en el primer mes; Descarga este ebook que contiene las claves que llevarán a tu negocio al éxito; o participa en este webminar y tu vida cambiará de forma radical.
Y si un día te levantas en modo ingenuo comienzas a leer, y a navegar por las múltiples páginas que, con estas llamadas, te atraen igual que una araña a su víctima. Y entre post, webminarios en falso directo, redirecciones a enlaces y visitas a todas las Redes Sociales, han transcurrido dos o tres horas y al final, no has sacado nada en claro. En resumen, has perdido ese tiempo y tu cabeza va a explotar porque tanto exceso de información, de recomendaciones, de claves han generado un efecto contrario: estás más desinformado que cuando comenzaste a leer. Y siempre llegas a la misma pregunta ¿lo estaré haciendo bien?
Aprendamos a filtrar
Con esta reflexión no quiero, ni mucho menos, despreciar la información valiosa que todos los días millones de profesionales publican o publicamos en Internet, pero si quiero generar la necesidad de que aprendamos a seleccionar lo que nos puede resultar útil y lo que no; y sobre todo diferenciar entre lo que es humo y lo que es una opinión o una aportación avalada por la experiencia y el conocimiento.
Para empezar, no todas las metodologías son válidas para todos los negocios. El éxito viene dado por la confluencia de una serie de circunstancias y factores que, si bien pueden extraerse para su implementación en otros ámbitos, no siempre garantizan los mismos resultados.
¿Es replicable el modelo de Apple sin pensar en la persona que lo fundó, Steve Jobs? ¿Cualquier vendedor de batas de estar por casa puede aspirar a montar un imperio como Inditex sin ser Amancio Ortega? En sus inicios, ninguno de ellos utilizó las Redes Sociales, porque no existían. Y aunque ese cierto que la Sociedad Digital ha transformado por completo los modelos económicos, los mercados laborales y hasta nuestra forma de relacionarnos como personas, no podemos perder el foco y reflexionar sobre la necesidad de seleccionar los contenidos que leemos, los profesionales a los que seguimos, y sobre todo los contenidos que nosotros mismos elaboramos.
No encontrarás la piedra filosofal en las Redes Sociales
Pero lo que si existe es la experiencia de todos los que trabajamos en distintos sectores y que hemos adquirido las habilidades necesarias para afrontar nuestros propios retos personales, y contribuir a desarrollar los retos de otras personas y/o empresas.
¿Es necesario que todos los negocios estén en las Redes Sociales? ¿Tenemos abrir cuentas en todas y alimentarlas de forma permanente? ¿Queremos garantizar una presencia eficaz o formar parte del ruido y de la desinformación que actualmente existe?
Finalizo esta reflexión con una palabra catalana que resume a la perfección mi consejo: seny, o lo que el propio traductor de Google responde: Cordura.